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Emprendedores con discapacidad abren su propia oportunidad laboral
Convencidos de que la discapacidad no es una limitante para ser productivo en la sociedad, un grupo de ocho personas usuarias del Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) del DIF Estatal Chihuahua formó la cooperativa Creealim.
Juan Martha Estrada, uno de los más entusiastas miembros de la organización, compartió que tras mucho empeño para encontrar el financiamiento adecuado, encontraron la respuesta en el Programa de Inclusión Productiva para poder cumplir su meta y fabricar trapeadores, escobas, recogedores y otros artículos para la limpieza.
“Todos los que pertenecemos a este proyecto nos conocimos en el CREE del DIF Estatal cuando íbamos a recibir terapias físicas, y descubrimos que necesitábamos emprender una actividad, que nos sirviera, primero que nada, como terapia ocupacional para no estar de oquis ni deprimidos, sino mentalmente ágiles”, relató.
Cuando Juan no tenía una discapacidad que lo obligó a tener que usar una prótesis, Juan se dedicaba a vender e instalar guardapolvos, mirillas, chapas, timbres y otros accesorios para puertas, de casa en casa.
A 8 años del accidente que lo obligó a usar una prótesis, él persiste en alcanzar las metas que con sus compañeros trazó hace dos años en el CREE para hacer algo por cuenta propia: “En Crealim encontramos un trabajo productivo, que a mí se me hace que es muy buena terapia”.
Comentó que llegaron a ser 20 personas las que acudían a recibir el tratamiento en el Centro y quienes, si bien coincidían en su interés por crear algo, no lograban ponerse de acuerdo en qué sería, pues unas querían hacer piñatas, otras preferían zapatos, unas más votaron por cinturones, y hubo varias opciones más.
“A mí se me ocurrió que fabricáramos trapeadores, escobas, recogedores y otros artículos de ese tipo, y finalmente cuatro integrantes acordaron trabajar en el proyecto; aunque primero fue necesario sondear cómo se fabrican esos artículos”, platicó.
Otro asunto muy necesario era buscar programas de financiamiento, que pudieran existir en el Gobierno del Estado de Chihuahua, para emprendedoras y emprendedores, por lo que él decidió acercarse a diversas instancias, pero aquellas que le ofrecieron apoyos tardaban mucho en entregarlos.
Lo que consiguieron en primera instancia mediante la Dirección de Grupos Vulnerables del Estado, ubicada en la colonia Santo Niño, fue únicamente despensas, becas y pañales.
No obstante decidieron instalarse y comenzar en un Centro Comunitario de la colonia Infonavit Nacional, en la ciudad de Chihuahua.
Luego, las cosas no terminaron de embonar y como el acuerdo no se pudo sostener, la asociación se dividió en varios grupos.
La tenacidad para sacar adelante a Creealim finalmente permitió establecerla durante 2019, en un local rentado, en la Calle 16 de Septiembre número 1016 de la colonia Tierra y Libertad, con nada más que una máquina y cuatro trabajadores.
Juan Luis Pérez, Alma Valenzuela, Luz Elena Solano, Antonio Magallanes, María Serrano y Juan Martha son quienes actualmente operan la microempresa, y continúan en la búsqueda de más recursos, pues incluso hay ocho personas más, interesadas en ser parte de la fábrica.
El grupo tiene la oportunidad de comercializar sus productos en oficinas gubernamentales como las del DIF Estatal, y también en centros deportivos, donde ofrecen escobas, trapeadores y demás artículos de limpieza a empleados y población que solicita un trámite o servicio.
“La meta es seguir buscando apoyos para poder tener solvencia y apoyar a más personas, que por una discapacidad tienen depresión o no se sienten útiles para la sociedad. Pero el trabajo los vuelve positivos y con mejor ánimo”, aseguró Juan Martha Estrada.
Ofreció asesorar y orientar a mujeres y hombres en una situación similar, que estén interesadas e interesados en autoemplearse, gracias a que “ya conozco un poquito el camino para conseguir apoyos”.
Juan sueña con formar una empresa más grande que tenga la capacidad para ayudar a grupos con una gran cantidad de personas con alguna discapacidad, por lo que se empeña en tocar puertas en busca de apoyos.
Alma Angélica Valenzuela, también integrante de la cooperativa Creealim, explicó que el nombre de la marca de los productos proviene de la palabra CREE, que es la instancia del DIF Estatal donde recibieron terapia y el lugar en el que surgió la idea de la microempresa.
“La finalidad del proyecto es motivar a personas con discapacidad a que no sean ociosas y sepan que pueden salir adelante, más allá de si en lo individual no han emprendido un proyecto de trabajo por pensar que no hay apoyos”, expresó.