Octogenario clama ayuda federal tras desaparición de su hijo en 2011

Por Plácido Meléndez Rodríguez.

Monterrey, 5 Abr (Notimex).- La esperanza de encontrar a su hijo, Ernesto Efraín Vidal Flores, desaparecido abruptamente hace ocho años, es un hálito de vida para Don Ernesto Vidal Negrete, quien a sus 84 años clama apoyo de autoridades federales para localizarlo.

“Yo le rogaría a Dios que estas palabras mías llegaran a oídos del señor licenciado Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, y que atrajera el caso de mi hijo Efraín”, imploró.

Este hombre tocado por la desventura, expuso a Notimex sus tribulaciones que iniciaron a partir de los días 10 y 11 de abril de 2011, cuando su hijo, en ese entonces de 27 años de edad, ya no volvió al hogar, tras ser invitado a salir “por un supuesto amigo de la primaria”.



El desaparecido, quien estudiaba Criminología en una Universidad local, fue invitado a una alberca y junto con él, otro joven, Daniel Ramírez Pérez, también ya no se supo de él, mientras que el otro sujeto, apareció poco después “como víctima, sin que se le cuestione por parte de autoridades”, dijo en la entrevista realizada en su domicilio de nivel medio, al poniente de la capital regiomontana.

“El que vino por mi hijo, apareció y anda ahí por las calles, pero lo tienen como víctima y no han podido hacer que vaya y declare y nosotros saber cómo estuvo la situación y saber si mi hijo vive, si ya no”, manifestó Don Ernesto, mientras su esposa, María Magdalena Flores Sepúlveda, escucha esa vieja historia repetida una y otra vez ante autoridades y organismos civiles diversos.

Enfundado en una pijama, chaleco y suéter, así como una bufanda gris, con sus ojos vidriosos y de donde son inextinguibles las lágrimas de dolor, Don Ernesto recordó que ya han sido ocho años de tocar puertas en la desaparecida Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, ahora convertida en Fiscalía, sin que se atienda su clamor de ayuda.

“Para nosotros ha sido un verdadero calvario, una vida muy penosa desde que mi hijo se fue, porque todo ha sido enfermedades, yo me he enfermado de todo, actualmente tengo 84 años de edad y mi esposa tiene 82, vivimos los dos solos aquí”, aunque con el apoyo de otra hija que les sobrevive y está al pendiente de ellos, manifestó.

Mientras enjugaba su llanto para proseguir con la referencia del caso de su hijo desaparecido, el octogenario mostró un altar dispuesto para Ernesto Efraín, a quien tiene encomendado a Óscar Arnulfo Romero, aquel arzobispo católico, defensor de los derechos humanos y asesinado en 1980 en El Salvador y quien fue canonizado en 2018 por el Papa Francisco.



La búsqueda inicial del joven desaparecido la inició el 11 de abril de 2011 con familiares, después en corporaciones de auxilio, para denunciar después ante autoridades estatales y federales, pero todo de manera infructuosa, relató.

Eran los años más aciagos en la historia de Nuevo León, donde la delincuencia asolaba a sociedad y autoridades de una forma sin precedentes y cuyas secuelas aún se dejan sentir.

Citó que familiares de Daniel Ramírez Pérez aportaron “muchas evidencias que pudieron haber esclarecido el caso, me pusieron después a un agente del Ministerio Público Investigador, pero el trabajo ya estaba hecho.

Yo tengo el expediente certificado, completo, hasta la fecha, mi intención siempre ha sido la de que la FGR atraiga el caso de mi hijo, y hagan una investigación en toda la República, porque así, según ellos, dicen que es del fuero común, y únicamente lo que es aquí en la ciudad, supongo que en el estado".

Comentó que “desde el tiempo en que yo puse la denuncia, han pasado tres procuradores de justicia, el primero fue el actual alcalde de la ciudad, Adrián de la Garza; el segundo, el licenciado Roberto Flores; el tercero, el licenciado Bernardo González”, hasta ahora que está como fiscal de Justicia estatal, Gustavo Guerrero Gutiérrez”.

Don Ernesto Vidal Negrete exclamó con la voz entrecortada por el sentimiento y dolor del hijo ausente: “Señor Alejandro Gertz Manero le pido tenga usted la misericordia de atraer el caso de mi hijo a la Fiscalía General de la República, para que se le busque en todo el país, no tan sólo aquí en la ciudad de Monterrey”.

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